domingo, 26 de julio de 2009

Los tres últimos deseos de Alejandro "El Grande"



Encontrándose al borde de la muerte, Alejandro convocó a sus generales y
les comunicó sus tres últimos deseos:

1 - Que su ataúd fuese llevado en hombros y transportado por los propios médicos de la época.

2 - Que los tesoros que había conquistado (plata, oro y piedras preciosas),
fueran esparcidos por el camino hasta su tumba..

3 - Que sus manos quedaran balanceándose en el aire, fuera del ataúd, y a la vista de todos.

Uno de sus generales, asombrado por tan insólitos deseos,
le preguntó a Alejandro: ¿Cuáles eran sus razones?

Alejandro le explicó:

1 - Quiero que los más eminentes médicos carguen mi ataúd para así mostrar
que ellos NO tienen, ante la muerte el poder de curar.

2 - Quiero que el suelo sea cubierto por mis tesoros para que todos puedan ver
que los bienes materiales aquí conquistados, aquí permanecen.

3 - Quiero que mis manos se balanceen al viento, para que las personas puedan ver
que vinimos con las manos vacías, y con las manos vacías partimos..



Quién fue Alejandro "El Grande"
Mejor conocido como Alejandro Magno
Pocas figuras históricas han despertado mayor interés y debate sobre las vicisitudes que acompañaron su vida y su muerte como la del joven rey macedonio, hijo de Olympia y de Filipo II y continuador de su obra con una potencia conquistadora que le llevó a unir Oriente y Occidente con lazos fructíferos, de una manera que sirvió de modelo para todas las empresas civilizadoras que se pusieron en marcha a partir de su breve aunque fulgurante paso por la Historia. Alejandro murió el 10 de Junio del 323 a.C. en Babilonia, a los 32 años de edad, probablemente víctima de unas fiebres tifoideas complicadas con perforación pulmonar y parálisis progresiva, que vencieron su fuerte naturaleza. Había dado forma a un vasto imperio, estableciendo lazos y relaciones entre los hombres de los distantes extremos del mundo, dejando huellas imborrables de cultura y civilización.

Sin duda el gran misterio de Alejandro se encuentra en su trayectoria vital, en cómo logró conducir a sus hombres a través de medio mundo, primero hacerse con la península griega, después cruzar los Dardanelos, hacer frente y vencer al temido imperio persa, a la invencible caballería bactriana, para llegar hasta las riberas del Indo, en pleno corazón del Oriente remoto. Su genio como estratega, su habilidad organizativa, sus cualidades como líder, su sensibilidad y capacidad para apreciar las diversidades culturales han quedado reflejadas en innumerables obras, entre lo histórico y lo legendario, desde fechas muy cercanas a la de su muerte. Sin embargo, hay matices que parecen desafiar los análisis y permanecen en la oscuridad, fundamentalmente en lo que se refiere a su muerte y el destino de sus restos.

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