viernes, 31 de julio de 2009

Lo que he visto en dos ciudades de mi país

Ayer hice un viaje relámpago a la ciudad de México, algunos van a ver los partidos de sus equipos favoritos, otros a sus artistas, yo fui detrás de un escritor, y sabiéndolo un poco cerca decidí acudir a su charla. Lo vi, finalmente le vi la cara, sus palabras tomaron voz, gestos, cuerpo, identidad.... Fue una agradable sorpresa descubrir a un muchacho lleno de vida, y no tan pesimista como a veces se escucha en sus obras, al contrario, lleno de esperanza, de fe, de sonrisas y de un muy buen sentido del humor, pude ver sus manos blancas, blancas, y aunque no hacen las labores del campo y las vacas, tienen el sello chipileno.

Pero no pude decirle ni una sola palabra, ni siquiera gracias, gracias por hacer lo que haces, gracias por dejar tu aliento y tu ser en cada linea escrita, ni siquiera un hola, soy yo, o un adios, mil gracias por tu novela. No pude, y creo que el tampoco. Pero los dos sabiamos quienes eramos no podemos ocultar lo que somos, y eso no basta, pero me siento contenta de haber estado ahi, aunque no dejo de repetirme: TESTA DA ZHUC!, CUEL SON! TESTA DA ZHUC!


De regreso, en la Línea 9 del metro, poco después de las 9 de la noche tomo el vagón y lo primero que veo al subir es un hombre tirado en el piso, completamente inconciente o dormido, el vagón está casi vacío, me siento en el primer asiento que veo, junto al hombre tirado, no pude evitar mirarlo de vez en cuando. Quiero levantarlo, quiero ayudarlo pero me da miedo y me paralizo, no moví ni un dedo, lo único que hice fue limitarme a preguntarle al hombre que estaba enfrente de mí si no sabía si le había pasado algo o si estaba borracho, me contestó que estaba borracho, entonces como que me calmé, maldita sea, me calmé, como estaba borracho no merecía mi ayuda.
Todos lo mirábamos pero nadie movió un dedo para al menos sentarlo y acomodarlo, o despertarlo y preguntarle si necesitaba ayuda o lo que sea, nadie hizo nada, yo no hice nada, dos estaciones más adelante me bajé como si no hubiera visto nada.
De qué estoy hecha? de mierda! Y la humanidad? y la sociedad? qué fácil se me olvidó que el otro soy yo!.


Llego a Puebla, son las 12 de la noche, saco mi coche del estacionamiento de la CAPU y me dirijo a mi casa, el radio del carro no sirve, así que me acompañan mis pensamientos, llegando a Telmex (esquina Blv. Atlixco y 25 Poniente) veo a un grupo bastante numeroso de chicas, me llaman la atención, pienso que salieron de alguna fiesta, pero no es así, son sexoservidoras, muchas de ellas muy jovencitas, la mayoría me pareció con clase, no vulgares, aunque supongo que las había también. Muy bien vestidas, muy bien arregladas, bueno, la gran mayoría.
Por qué lo hacen? por dinero, por ser adictas al sexo, por escapar a una realidad, por gusto, por rebeldía, por contagiar alguna enfermedad en revancha? no lo sé.
La canción de Ricky Martin "Fuego de noche, nieve de día", me pareció acorde para la ocasión, casi todos los seres humanos llevamos una doble moral.

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