Subí el Iztaccihuatl, no saben que cosa más maravillosa. Ahora entiendo por qué hay personas que aman las montañas, !cómo no amarlas!, cuando estás arriba en la cumbre y vez la inmensidad, te sientes en la gloria, se te hinchan los pulmones, tus ojos no se cansan de admirar tanta belleza, mires a donde mires, y cuando vez que no eres el único loco, sin que hay mas com tú, no te sientes tan solo. Es increible lo que puede hacer una montaña, allá arriba, todos son kamaradas, te saludas, te solidarizas, te entiendes, compartes un poquito de lo mismo.
Esta montaña es grandiosa, vale la pena el frío, el cansancio, la desvelada, las ámpulas, el mal de montaña, las roncadas de los extranjeros, las ámpulas, dedos morados, todo, todo tiene su precio, pero vale la pena pagarlo.
!GRANDIOSO!
Esta montaña es grandiosa, vale la pena el frío, el cansancio, la desvelada, las ámpulas, el mal de montaña, las roncadas de los extranjeros, las ámpulas, dedos morados, todo, todo tiene su precio, pero vale la pena pagarlo.
!GRANDIOSO!




