Hoy se casó mi prima Cristy, estaba radiante de alegría, se veía muy contenta. A pesar de que no somos muy cercanas, me sentí tan bien de verla tan bien....., no podría decir lo mismo de su novio, pero eso no quiere decir que no sienta lo mismo, tal vez es menos expresivo.
No tengo fotos de la boda ni de Cristy, pero en cuanto tenga una la anexaré a este apartado.
En nuestra mesa se sentó Sergio, un viejo amigo de la familia Zago, un buen allegado de mi papá y mis tíos, se sentó al lado mío así que tuve oportunidad de platicar con él, es un hombre muy inteligente y muy informado, hasta podría decir que sabio. Hablamos de varios temas, pero uno nos acaparó, nunca me imaginé hablar con él de esos temas, quien lo diría.
Lo que me sorprendió es que en la mañana, mientras estaba en casa calificando y haciendo cuanta cosa podía, me repetía a mí misma que hoy iba a conocer a una persona muy especial en la boda, y si no mal recuerdo me decía que hoy iba a conocer al amor de mi vida.
Cuando empecé a platicar con Sergio, no recordé lo que tanto me insistí horas antes, fue hasta como a la mitad de la velada. Por supuesto que Sergio no es el hombre de mi vida, sin embargo, algo nos une, y aunque la probabilidad de que tengamos la oportunidad de volver a platicar es prácticamente nula, fue grato este encuentro y me bastó para reconocer en él a un alma superior.

